4 de febrero de 2009

Una vida profesional en cuatro movimientos


Esta pintura está dedicada a Mireya, Ana, Vivian, Evelyn, Montserrat, Yazmín, Leticia y Sergio por atreverse junto conmigo a ser diferentes y en una acción compartida decidirnos a pintar el mundo escolar y plasmar con diferentes colores, matices y tonalidades las vivencias que conforman nuestra experiencia profesional… GRACIAS




Primer movimiento Adagio



Traslademos nuestra imaginación a los años setenta del siglo XX, los efectos transformadores de la década anterior se palpaban en todos los ámbitos de la vida nacional, sin embargo en el núcleo familiar de la clase media permeaban los modelos educativos de la década de los cuarenta o tal vez cincuenta, de manera especial en lo que se refiere a la educación de la mujer, tal vez por ello cuando la protagonista de esta historia comunicó a su familia que desea ingresar a la Normal, grande fue su sorpresa al escuchar su la aprobación, a diferencia de sus compañeras de secundaria que sus padres les dijeron “para que si te vas a casar, estudia algo sencillo en donde puedas ganar mejor”. A pesar de no haber aprobado el examen de admisión a la Escuela Nacional de Maestros, tuvo la suerte de contar nuevamente con el apoyo familiar e inscribirse en una normal particular, que con el paso del tiempo marcó su formación profesional, lo que hoy llamaríamos su “estilo de docencia” A pesar de la gran ilusión que le producía estar en una normal, había algo de desilusión al revisar las materias que cursaría y se preguntaba por qué actividades tecnológicas o manuales o danza, si lo que quería eran materias similares a la prepa.
Pasaron los cuatro años y bajo los acordes de la marcha “triunfal de Aída”, enfundada en un toga y portando un birrete que a cada rato amenazaba con caerse recibió su diploma por el término de sus estudios.
Segundo movimiento Scherzo


Y llegó la hora de la verdad, empezar a trabajar, cuál sería la petulancia de esta novel profesora que arribó a la primera junta de maestros con el VADEMECUM, la psicotécnica pedagógica de Jiménez Coria y todo aquello que consideró necesario para la organización de un ciclo escolar, y desde luego muy preocupada por el adorno del salón, el tema: ¿fiestas patrias o de bienvenida?, gran dilema si pensamos que la elaboración del material didáctico durante su paso por la Normal le había causado muchos desvelos. Sus primeros años de ejercicio profesional transcurrieron entre el grato recuerdo de las maestras de su inolvidable primaria y lo que aprendió en la Normal, se sentía una “buena maestra” en su grupo de cuarto, pero a diario vivía los sinsabores de atender un grupo de primero en la clase de inglés, nada más no se le daba eso de lidiar con pequeños y recuerda que por ahí repartió algunos coscorrones con la consabida llamada de atención por parte de los dueños de la escuela.


Viene a su mente que en ese tiempo el dejar tarea, trabajar con libros adicionales a los textos oficiales y formular exámenes escritos de gran dificultad era lo prioritario en su trabajo.
Tercer movimiento Allegretto moderato


Fueron pocos años en la escuela primaria, pero suficientes para darse cuenta de que estaba distante de una buena preparación profesional, por ello a la brevedad ingresó a la Normal Superior, a la especialidad de pedagogía, no a historia como era su interés y a la vuelta de los primeros semestres se dio cuenta que su meta era trabajar en una escuela normal y así fue, antes de los siete años de haber egresado de la llamada, en ese tiempo “normal básica”, comenzó a trabajar en dos escuelas normales particulares que pusieron a prueba su juventud pero también sus principios pedagógicos, de manera especial durante las jornadas de práctica, por qué,… porque se encontró que las guías didácticas todavía se ilustraban y ella prefería dedicar tiempo a la revisión del material didáctico, por otro lado, la asesoría del informe recepcional era bajo los mismos esquemas de la época en la que ella estudió, entonces considero necesario introducir uno de los aspectos de lo que al paso de los años forma parte de su modelo de asesoría, la conformación del marco teórico a partir de la consulta de diversas fuentes. Y junto con el terremoto de 1985… inició la etapa profesional que sería el punto culminante de su andar por el magisterio… el 19 de septiembre de este fatídico año regresó como profesora a su escuela NORMAL… con una especial emoción, un elegante portafolio de piel y enfundada en un sobrio traje sastre se presentó a trabajar y a partir de entonces y durante más de quince años no sólo su preparación, su tacto pedagógico se pusieron a prueba, sino también el ingenio, creatividad, capacidad de organización y hasta el gusto por compartir con los alumnos sus pasatiempos, todo lo anterior era parte de lo cotidiano, pero cuántas ilusiones, sueños, sinsabores, reconocimientos vivió y a diez años de distancia reconoce que lo que sembró en esa época comienza a dar frutos… la maestra de hoy es producto de su historia y su circunstancias.

Cuarto movimiento Scherzo


Ahora a 25 años de haber transitado por diversa instituciones formadoras de profesores, reconoce los aspectos significativos que están presentes en su concepción docente: • Haber atendido, desde 1983 los espacios curriculares destinados a la práctica escolar y la asesoría para la elaboración del documento de titulación, en sus diversas concepciones. • Los años que trabajó con las educadoras y de las que aprendió que el niño no sólo requiere conocimientos sino también acciones que le permitan manifestar su ser. • Haber formado parte de la planta docente de la NORMAL en la que estudió, experiencia que mantiene como uno de sus mayores orgullos profesionales. • Entretejer la formación normalista con la universitaria, ya que no olvidó su pasión por la historia y gracias a ella incursionó en el terreno de la búsqueda constante del conocimiento y la verdad… y qué es la verdad y cuál el verdadero conocimiento. • Reconocer que gracias al proceso psicoanalítico descubrió lo que representa en su vida ser maestra. • Haber trabajado en todos los niveles educativos, desde maternal hasta el universitario, de manera especial como la fortalecieron los jóvenes adolescentes de la secundaria, sus hormonas la mantuvieron joven pero también estuvieron a punto de provocarle un ataque de apoplejía. • El breve tiempo que estuvo en la Escuela Normal Superior de México. • Haberse atrevido a salir definitivamente de su “alma mater” para ingresar a la Benemérita Escuela Nacional de Maestros y el reto cotidiano que implica ser docente de una institución sui géneris. • El recuentro con la escuela primaria gracias al plan de estudios 1997. • El conflicto que vive en este momento: a qué darle prioridad a la formación humana o a la preparación profesional. • Percatarse, que al atender espacios curriculares diferentes a la práctica docente, se descuida el proceso de aprendizaje al darle prioridad al contenido y dejar de lado la reflexión didáctica del mismo. • No sólo estar convencida de ser diferente, sino trabajar para ello y si puede contagiar a sus alumnos en esta loca pero edificante aventura, mucho mejor. • Por último considera necesario darle las gracias a cada uno de los maestros, que a lo largo de su vida escolar cobran una presencia significativa en su formación profesional; sobre todo AQUEL que con su ejemplo le trasmitió la emoción de ser normalista, no por portar la Minerva sino por la preocupación cotidiana por actualizarse y estar acorde al momento histórico que se vive, porque algo le queda claro… difícilmente dejará de APRENDER.

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