16 de marzo de 2010

Borges de la mano de Mafalda



El duende realizó una larga travesía para presentar las pinturas de la realidad escolar, mismas que exhibió en un lugar de la Cda. de Buenos Aires. Antes de subir al avión que lo traería de regreso a la otrora ciudad de los palacios, en la sala de espera del aeropuerto de Lima platicó con el ser que lo sustituirá en el taller de pintura, le habló de las múltiples contradicciones que se viven en este lugar de creación; en algunos momentos los pintores se tornan alegres y optimistas, pero de repente se desesperan, lanzan los pinceles y hay quienes hasta tiran el caballete, le aconsejó no asustarse y hacer uso de todo su ingenio para acompañar a estos nuevos artistas, además le recordó que no estará sola, un coterráneo estará siempre con ella, Jorge Luis Borges hizo un pacto con ella: durante estos meses él le enseñará la magia que se requiere para escribir, a cambio, ella le compartirá otra magia, la que no conoció este ilustre escritor, ser niño.



Es así como el pasado 3 de marzo, Mafalda se vistió de una gala invisible, ella podrá ver a los pintores, pero éstos no, escucharán sus consejos y sufrirán sus travesuras, pero no podrán hablar con ella, sólo la sentirán cuando el hilo conductor de la pintura se enrede o esté a punto de romperse.




La pibe tomó su silla y escuchó lo que sucedía en el taller: Los asistentes a este curso seguían manifestando una serie de dificultades para articular el tema de su pintura con las características curriculares del avance programático, transcurrieron las cuatro primeras semanas del trabajo docente de la segunda estancia prolongada y sólo Ernesto escribía una breve introducción a la planeación, a partir de los acontecimientos vividos en la semana anterior, sus compañeras del taller permanecían impávidas, más preocupadas por limpiar el lugar de trabajo, acomodar los pinceles y el bastidos, que por trabajar seriamente.




Mafalda no lo podía creer, no pintaban sólo decían sí en automático a la conductora del taller, pero sus rostros reflejaban insatisfacción, Diana, la artista que habla con la mirada, sin decir nada tomó el lienzo, asumió la postura de una experta pintora y con maestría comenzó combinar colores, al término de la sesión, los integrantes del taller se quedaron asombrados, el primer esbozo de su pintura titulada “Asalto a la cumbre” fue genial, combinó teoría con emoción, los demás la veían sorprendidos y ella como siempre sólo los miró, su rostro dibujaba una gran satisfacción, pero como siempre la responsable del taller no quedó del todo satisfecha, se acercó a ella y al oído le musitó, “Ahora tiene que pasar a la acción, lo que escribió debe cobrar vida en el aula”.


Hace apenas una semana que llegó Mafalda al taller, su presencia es casi imperceptible, sin embargo ella está consciente de cuál es su tarea en el “Cuarto propio del grupo 16”, a pesar de ello en ocasiones se suma a los reclamos de los aprendices a artistas, fue así como su enfado se manifestó al escuchar que la presentación del avance programático, para la semana del 8 al 12 de marzo la escribirían como parte de su pintura, el rostro de Ernesto mostró tranquilidad, él ya comienza a dominar “El baile de la gambeta” Diana se mantenía ecuánime, los demás al unísono exclamaron ¡No!... pero algo que caracteriza a este lugar es la consigna que está escrita al entrar al taller ”Ustedes obedezcan... de lo demás me encargo yo”, dicho de una manera más suave, “déjense guiar”.



El viernes transcurrió sin novedad, por la tarde comenzaron a llegar, vía electrónica, los avances programáticos, de los primeros correos el asunto de uno de ellos era: Justificación y el texto: “del tìtlo [sic] que he escojido[sic] y espero que no tenga que cambiarlo por que[sic] realmente me emosiona [sic] este [sic]”, Mayra” la siempre risueña Mayra defendía lo que realmente le ha costado lágrimas, pero tanto lo defendió que olvidó adjuntar el texto de la justificación. Más tarde mandó el escrito y es así como su pintura tiene título, “El arte del clown”.




Antes de partir, el duende le recomendó a Mafalda, disfrutar lo que sucede en el taller, de manera especial el momento en que los pintores toman los pinceles y sin darse cuenta inician a trazar y colorear, es tal el cambio que al taller una nueva luz lo ilumina, parece que llegó el momento, a pesar del ¡No! los artistas pintaron la introducción del avance y ahora todos están en la misma sintonía, es como si el “Bolero de Ravel” comenzará a sonar con mayor intensidad.




Los pintores están por terminar la estancia de cinco semanas en las escuelas primarias, la vida cotidiana de las escuelas los envuelve y en ocasiones los paraliza, varios de ellos han asumido la responsabilidad total del grupo, debido a que sus tutoras han enfermado o cubierto alguna comisión, las variadas experiencias y los tropiezos que han tenido que librar, ha despertado en ellos una actitud profesional, que en ocasiones se diluye por ese marcada forma de ser estudiante, sin embargo Ana prepara la tierra porque espera encontrar “Surcos de emociones y realidades” al trabajar con el grupo de 1° “C”, para Montserrat el trabajo docente no ha sido fácil, su natural entusiasmo en ocasiones la rebasa y tiene que sentarse a reflexionar, esto se le dificulta pero su disposición a cambiar le ayuda, tal vez por ello se pregunta “¿Por que Alicia fuera del espejo?”, algo así le sucede a Patricia, de manera especial por lo vivido la semana anterior, algunos de sus alumnos no pudieron contener sus impulsos y más de dos vieron salir de su nariz un largo hilo rojo, que refuerza lo que en los últimos meses ella ha pensado “Rojo no es su color”.




Mafalda está sorprendida, ella pensaba que ser maestra era sólo dejar planas y regañar a los niños, pero al escuchar las charlas que los pintores tienen entre ellos, entiende que pintar la realidad escolar no es fácil, tal vez con la ayuda de Jacinto José ella pueda orientar a Adriana en los colores y matices a utilizar para que “A través de mis ojos” sea una obra de arte.



En el taller se juegan una serie de emociones y sentimientos que han hecho que algunos artistas, al inicio del curso tuvieran diferencias, pero las dificultades y las vivencias las han acercado, todavía se miran con recelo, pero ambas centran su energía, Alejandra para “Revelar los textos que retratan historias” y Franci la más impulsiva del grupo, voz en cuello dice “Cansados del verbalismo, actuemos”.



Ya es tarde, las horas transcurrieron sin sentir, Mafalda se tiene que ir a dormir, claro después de la nutritiva merienda que le preparó Andrea, la mayora del taller, que entre ingredientes, mezclas y el calor que desprende el fogón, ella espera “Saborear un sueño espeso” y esa es otra actividad vital de los habitantes del taller de pintura no dejar de soñar.